Una dieta rica en proteínas de origen animal en la mediana edad provoca cuatro veces más probabilidades de morir por cáncer que una dieta baja en proteínas, factor comparable al riesgo de fumar tabaco.
Sin embargo, la ingesta moderada de este tipo de proteínas es buena para las personas una vez superados los 65 años.
Las personas que comen muchas proteínas de origen animal, incluyendo la carne, la leche y el queso, también son más susceptibles a una muerte temprana, hay 74% más de probabilidades de morir por cualquier causa, e incluso por diabetes durante el periodo de estudio .
El estudio muestra que mientras que la ingesta elevada de proteínas durante la mediana edad es muy dañina, resulta protectora para adultos mayores: las personas mayores de 65 años que llevaron una dieta de alto o moderado valor proteico eran menos susceptibles al cáncer.
Aconsejan consumir alrededor de 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso cada día en la mediana edad. Por ejemplo, una persona de unos 59 kilogramos debe comer alrededor de 45 a 50 gramos de proteína al día, con preferencia por los derivados de las plantas, tales como legumbres.